Los sonidos K, Z y G suave
Gusto por las aves
La afición de mi tía es la pintura, aunque su oficio es la
abogacía. Cuando iba a su casa de visita en vacaciones, siempre me daba unos
papeles muy gruesos que parecían de algodón y yo me dedicaba a plagiar con
lápiz y carboncillo los dibujos que tenía colgados en las paredes del taller:
buitres, águilas, cigüeñas, golondrinas, herrerillos… Todavía conservo dos
dibujitos que me regaló cuando cumplí diez años: una perdiz y una codorniz que
parecían de verdad. Yo creo que por eso tengo tanto aprecio a las aves.
Los cactus
Mi padre está fascinado con los cactus y tiene una magnífica
colección. Para su cuidado, utiliza abonos orgánicos y nunca productos químicos
que puedan perjudicarlos. Continuamente me repite las mismas cosas: que si los
cactus son muy agradecidos porque viven solo con luz y poca agua, que si la
belleza de su única flor es excepcional, que si sus hojas son tan delgadas porque
han reducido al mínimo su necesidad de agua… Pero a mí siempre me han parecido muy
inquietantes sus espinas.
El ágata
El ágata es un mineral de muchos colores. Se caracteriza por tener
unas franjas concéntricas similares a los círculos de un árbol cortado. El
ágata puede ser azul, verde, negra… Su color se enriquece con muchos matices
cuando le da la luz directamente. Según diferentes culturas, el ágata ha sido
considerada la piedra de la ciencia, un remedio eficaz contra la picadura de
los insectos venenosos o un talismán que garantiza la larga vida. Al menos, eso
era lo que creían los antiguos.
El grifo
El grifo es un animal fantástico muy feroz, con cabeza, alas y
patas delanteras de águila y cuerpo de león. Tiene unas orejas alargadas, el
pico curvo, las garras muy poderosas y plumas doradas. Su cuerpo es más grande
que el de ocho leones y su fuerza supera a la de cien águilas. Su alimento
preferido es la carne de caballo. Normalmente, los grifos forman grupos para
cazar que no superan la docena. En la Antigüedad era considerado el guardián de
la justicia.